Estás leyendo esto desde un dispositivo móvil que tiene una batería. Ese auto que acaba de pasar y la moto del delivery que pediste anoche, también. Tractores, camionetas, vehículos eléctricos, juguetes, alarmas, carritos de golf, montacargas. Todos necesitan de una batería para arrancar, funcionar o directamente que sus componentes eléctricos respondan.
Una batería es un dispositivo que convierte energía química en eléctrica por un proceso químico transitorio y tiene una vida útil aproximada de tres años. Cuando se agota, el usuario compra una nueva y deja la usada en el local. Lo que ocurre a partir de ahí es poco conocido, hasta ahora: te vamos a contar el proceso de reciclado de baterías en Argentina, a partir de la experiencia de la marca ELPRA.
Según la Ley 26.184 de energía eléctrica portátil, el comerciante vendedor de baterías está obligado a recibir el acumulador usado. Según esta nota de Nora Bär para La Nación, de la totalidad de toneladas de plomo en desuso que se genera por año en el país “sólo se recicla un 6%. El 94% restante ingresa en el circuito del mercado informal, lo que genera un peligro latente de contaminación al medio ambiente y a la población”.
“Sólo se recicla un 6%. El 94% restante ingresa en el circuito del mercado informal, lo que genera un peligro latente de contaminación al medio ambiente y a la población” — Nora Bär
Es por eso que la red de locales ELPRA en el país no solo las recibe, sino que las toma como parte de pago para que el comprador tenga un descuento al momento de adquirir una nueva. Una red de transporte propia retira la escoria acumulada y la lleva hasta la planta de reciclado que la empresa tiene en Canals, provincia de Córdoba. “El mayor riesgo a generar un impacto ambiental negativo se produce cuando las pilas o baterías son desechadas sin ningún tipo de acondicionamiento y/o gestión que evite problemas de contaminación al sufrir la corrosión de sus carcasas (interna o externas)”, asegura el Informe de Gestión de pilas y baterías eléctricas en Argentina producido por el INTI en 2016.
El mayor riesgo a generar un impacto ambiental negativo se produce cuando las pilas o baterías son desechadas sin ningún tipo de acondicionamiento.
Los 5 pasos del reciclado de baterías
La recepción de materiales se da en la planta que ELPRA tiene en Canals, provincia de Córdoba, a través de una red de transportes autorizados. Tras el reciclado, se emite un certificado de disposición final que se entrega al generador que envió el residuo. Los materiales son ingresados en pallets y envueltos en film para su correcto estibado y para preservar las medidas de seguridad e higiene de los operarios.
La molienda de las baterías se da en una batea que por medio de un sistema hidráulico son llevadas hasta el molino. Allí se produce la trituración y primera separación de todo el contenido: óxido de plomo, sulfatos, sólidos y polipropileno. Éste flota y es retirado por un sinfín superior que lo envía hasta la nave de reciclado de plástico. En cambio el plomo, por su peso, se decanta hasta la base de la pileta y desde ahí va al sector de oreo.
Durante el reciclado de plástico se produce un nuevo lavado para quitar los sedimentos de partículas que pudieran haber quedado adheridas. Luego el material ingresa en un molino donde se determina la medida exacta para su comercialización y es acopiado en un silo para ser embolsado.
Mientras tanto, se produce la fundición del material molido tras el contenido retirado de la pileta separadora. Un cargador con sistema hidráulico lo empuja hasta el horno, previo pesaje para controlar la cantidad ingresada a fundir. La quema es acompañada por materiales como hojalata, secuestrante del azufre que posee el material que ayuda a la fundición de los sulfatos; carbonilla, que actúa como reductor del óxido de plomo y carbonato de sodio de calcio, un fundente que acelera los tiempos del proceso y neutraliza el material.
Cuando la fundición concluye en el horno, sistematizado en su totalidad, el contenido es volcado en cubas y trasladado al sector de enfriado. Luego se demuele, se numera por partida e ingresa en el depósito hasta su comercialización en lingote o refinado.
En consecuencia, se realiza el refino de plomo. En este punto tiene mucha participación el requerimiento del cliente. Los conos son ingresados a los crisoles donde se vuelve a fundir el plomo y se logran las aleaciones solicitadas. Allí se bombea hasta la lingotera buscando su solidificación. La estibación permite el enfriado y almacenamiento en el depósito.
El proceso de reciclado de la planta ELPRA está acompañado por un sistema de filtrado que absorbe los gases generados. El filtro está compuesto por cuatro módulos con sistema de regulación de temperatura y limpieza automática que filtra las emisiones provocadas en el horno de fusión.
Todo el proceso está documentado en este video. También lo podes encontrar en la web de la empresa donde se puede acceder a la Certificación ambiental anual en calidad de operador y generador de residuos peligrosos a nivel nacional, la Certificación de inscripción de registro nacional de precursores químicos y la Certificación del sistema de gestión de calidad ISO 9001.
